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jueves, 8 de mayo de 2008

En España todo es difícil

Hace ahora 7 meses que vivo en Dakar. Poco antes de llegar di de alta este blog, y empecé a escribir realmente en él desde que ya llevaba algún tiempito. Uno de los primeros posts que escribí por aquel entonces (que parece que fue hace 7 años, más que 7 meses) no llegué a publicarlo, primero por problemas técnicos y, más tarde, por obsolescencia del tema. Se titulaba "En Senegal todo es difícil". En él hablaba de, entre otras cosas, buscar casa, negociar precios, tomar transportes, y abrir latas.

Pues debe de ser que ya estoy integradísima por estas latitudes, porque acabo de estar en España y, a la vuelta, he sentido el impulso de escribir éste. Y es que en España todo es difícil.

Ejemplo 1: comprar unos auriculares. Sabes que hay en sitios donde se puede comprar por 4€.
A) En España, como los precios son fijos, tienes dos opciones: pagar lo que te piden a la primera (ej: 14€!!!) o buscar tú el sitio barato, con el consiguiente coste en tiempo y esfuerzo.
B) En Senegal, como los precios son "a discutir", seguro que de entrada te van a intentar cobrar los 14€, pero si sabes que en otro sitio lo puedes comprar por 4€, tranquilo, discute, lo puedes comprar por 4€ al tío que te pedía 14.
Es un taladro tener que discutir siempre, rarísimo el caso de un precio justo de entrada, pero en comparación más taladro es pasarte horas buscando en internet cuál es la tienda más barata de tu zona, caminar hasta ella para descubrir que está cerrada, tener que buscar otra, que está a 20 minutos caminando y que se les hayan acabado y al final tener que ir a la cara, cansado y de mala leche. Esto, aproximadamente, me pasó a mí el sábado 3 de mayo.

Ejemplo 2: coger un autobús.
A) En España, te mola poder conocer de antemano los horarios de los autobuses, saber que llegas a la estación a las diez menos cinco y en cinco minutos estás en ruta. Pero, ¿y si te equivocaste al consultar el horario? ¿Y si es domingo y no hay autobuses a tu pueblo en toda la mañana? ¿Y si tu pobre madre está ansiosa esperándote, que hace casi 7 meses que no te ve? Te mueres de asco en una fría estación todo el dái, o te coges una combinación malísima que demora 4 horas en hacer un recorrido de 2, o una combinación de ambas opciones, como hice yo el domingo 27 de abril.
B) En Senegal, sin embargo, llegas a la gare, cualquier día y a cualquier hora, y los condutores e intermediarios te atosigan, te coaccionan, te inflan las narices, pero te subes al Ndiaga Ndiaye en seguida y estás en ruta al rato y no te pudres en tontas esperas (cosa aparte es que luego las carreteras sean lo que son y los trayectos lleven lo que llevan).

En cuanto a buscar casa... no comment...

Y lo de abrir latas, pues bueno, hace meses ya que conseguí un abrelatas español, así que todo bien, jajaja!!

Por cierto, la visita a España estuvo guay, a pesar de todo :-) A ver si todavía escribo sobre ella, cuando tenga alguna foto. Saludos a todos, y hasta el próximo.

5 comentarios:

belenmadrid dijo...

jeje qué bueno lo de regatear, y cuánta razón tienes xD

Javier I. Sampedro dijo...

Por aqui tambien se estila lo de regatear, pero digamos más en China, China, dígase: Pekín, Shanghai... Al principio está curioso pero luego llega un punto que ya quema bastante.

Y para tranquilidad, nada mejor que el modo malayo. Sino, preguntale a Juan, yo ya lo he sufrido en carnes, jaja..

rubén dijo...

Qué bien volver a leerte! Y qué chulo el post, viéndolo así tienes toda la razón. Ya se te echa de menos otra vez, que aunque no nos hayamos visto digamos que el aire olía a ti (si es que soy un Neruda, ays...).
Rubén.

Anónimo dijo...

Ya volviste al Africa, que bien. No sabia que habias hecho 7 meses seguidos. Eso imprime caracter. El post buenisimo. ¿Es que en Senegal no hay abrelatas? ¿Como las abren?
Muchos besos, y feliz estancia que ya estas bien acomodada.

Pepa dijo...

Tia Chea :-) lo de los abrelatas, no sé cómo lo hacen los senegaleses, la verdad, pero yo cuando llegué me encontré con que en mi casa había tres (3, TRES) abrelatas distintos y con ninguno conseguía abrirlas (y no es que yo sea torpe, lo juro), tenía que hacerlo con un cuchillo. En la ofi ocurría igual; es que parece que las latas de aquí tienen el reborde un poco más alto y el abrelatas de ruedas no pilla. Así que la primera que fue a España trajo unos cuantos abrelatas de explorardor y listo.