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jueves, 3 de abril de 2008

Visita de Rubén & Co. Vol II (Ille de la Madeleine y ss.)

Como comentaba en el último post, a la vuelta de Keur Bamboung paramos en Mbour a visitar a una familia amigos de Macu. Es una familia de griots que nos dieron un pequeño concierto de bienvenida. Estuvo muy guay. Como siempre en África, lo mejor los niños.

Yo tenía que volver antes de la noche a Dakar, porque llegaba mi tercera tanda de invasores (en este caso, invasoras): Ana, Melencha y Coqué. Rubén y sus secuaces se empeñaron en que no me dejaban sola y se vinieron conmigo en un sept-place. Yo me fui directamente al aeropuerto a esperar a las chicas, y ellos se fueron a mi casa. Como los 9 no cabíamos en casa, las nuevas y yo nos fuimos a casa de Macu, que amablemente me había dejado las llaves.

Por cierto el taxista me timó, pero no quiero hablar de ello, que me enervo. No fue mucho, sólo unos 5 euros, que en realidad para mí no son nada, pero fue una situación muy fea e incómoda. En fin, cosas veredes...

A la mañana siguiente, quedamos con los que estaban en mi casa para ir juntos a mi sitio favorito de Dakar: la Isla de la Madeleine. Se trata de una islita volcánica que está a unos 5 quilómetros, al oeste de Dakar. Está desierta, salvo por los vigilantes y los turistas, que tampoco suelen ser muchos (entre semana siempre pocos). El entorno es paradisíaco. Es lugar de reproducción de aves y tiene una piscina natural interior muy bonita, de agua calma, limpia y fresquita, idónea para hacer un ratillo de snórkeling. Y la grandísima ventaja: no hay vendedores que te den la brasa, porque cuesta 5000 francos llegar, y eso para ellos es un pastón descomunal. Es que efectivamente es caro, de hecho te cuesta más ir a la Madeleine (5 kms) que a Saint Louis (250 kms), pero si es para poder relajarte y desconectar merece la pena.

Lo malo que tiene, y eso es nuevo, puesto que la última vez que yo había ido no era así, es que te obligan a pagar otras 5000 (entre todo el grupo) para el guía, aunque ya conozcas la isla y no quieras guía. Me parece fatal, la verdad. Es como si vas al supermercado a comprar patatas y te obligan a comprar huevos para que te dén las patatas (este "es como" se lo dedico a Lu, con todo mi cariño, jajaja). Y luego que los guardianes están todo el tiempo a la vista; para mí que me gusta ir en plan aislamiento del mundo, no me mola. Pero bueno, por lo menos te dejan tranquilo.


Este día yo estaba sin cámara, así que no saqué fotos, y los visitantes al final no me pasaron ninguna, así os "decoro" el post con una foto procedente de Panoramio, una página muy recomendable, por cierto. Las foto es un poco regulera, pero es lo que hay.



Pues eso, pasamos el día los nueve en este paraíso natural, hasta las 5 de la tarde, y luego volvimos a la ciudad, descansar un poquito, volver a juntarnos con Macu y los suyos, quedar a cenar en el Mini Resto (un camerunés que hace unos pescados que lo flipas de lo ricos que están), y para camita que estamos cansados. Durmieron en mi casa todas las chicas menos yo (Ana, Coqué, Melencha, Chuchy, Mónica y Saida) y Rubén, Manu y yo nos fuimos a dormir a casa de Alberto, que está cerca.

Al día siguiente, quedamos temprano para desayunar. Después el grupo de Rubén y el de Macu se fueron por un lado de mercados, y el de Ana se iba a Gorée. Yo acompañé a estas últimas para comprar los pasajes de barco a Ziguinchor en el puerto, pero no pude (esta historia ya es harina de otro post). No fui a Goree, tenía la espalda cansada y prefería volver a casa a reposar un poquito hasta la hora de comer.

Fuimos a comer al "?" (se llama así), que es un restaurante bastante senegalés en Plateau. Todavía no habíamos acabado, la Macu se empezó a quejar del estómago. Fuimos a mi casa a dejar las compras de todos y ella se quedó en la cama. Los demás fuimos a tomar algo y a seguir comprando (qué consumistas, jeje). Cuando volvimos por la tarde estaba peor, así que me quedé a cuidarla. El grupo de Rubén se iba esa misma noche, así que la despedida fue un poco sui-géneris. Los amigos de Macu y el grupo de Ana se fueron todos a dormir a casa de Macu para dejar la casa tranquila. El que sí se quedó fue Javi, que también quería cuidar de ella.

Al día siguiente Macu y yo casi no salimos de casa. La verdad es que yo también agradecía el descanso. Ella ya estaba mejor (detalles escatológicos autocensurados) y estuvimos bastante de charleta todo el día. Mientras tanto, nuestros amigos respectivos se dispersaban: Javi a Goree, que aún no había estado; Nicola y Ángela a Ngor; Ana & Co. se fueron unos días a Saint Louis y alrededores. A los amigos de Macu los despedimos esa tarde noche. Qué gente más maja :-)

Así que Dakar se quedó tranquilito unos días: trabajo, trabajo, trabajo, hasta el jueves noche, que volvieron estas chicas de Saint Louis. Pero eso ya queda para otra entrega. Seguiremos informando... Llevo más retraso que el tren Dakar-Bamako...

3 comentarios:

rubén dijo...

Ay Pepiña, que aún estamos casi con el síndrome post-vacacional!
Esta entrada me gusta un poco menos porque hay despedidas... Besos, espero que estés totalmente recuperada ya.
Rubén.

Anónimo dijo...

Ola wapa!!
que envidia que me estas dando!! cabrona!! Y yo ya con 30!! snif snif. Sigo el block desde que ruben me dio la dire hace ya unos cuantos meses..Me lo paso pipa leyendolo con tus aventuras y tu forma tan peculiar de contarlas!! jejeje!! Pero nunca me he parado a postear. Ya sabes desde el curro una no se pude parar mucho...

Beisiños.

Cris.

Pepa dijo...

Ay, la Cris!! Qué alegria, abuelita!! A ver si me acuerdo de escribirte personalmente un día de estos, que debes pensar que te tengo olvidada, y para nada es así... así que envidia, no? bueno, has de saber, que yo me tiré a viajar por el mundo en gran parte porque tu Erasmus me dio envidia a mí, así que empates,jeje, y siéntete orgullosa de lo que ha salido de ahí :-)