Ayer por la noche llegó Anabel, amiga mía del Erasmus, de visita. La fui a buscar al aeropuerto. Hoy nos fuimos de domingueras, junto con Lucía, Irene y Brais, a la isla de la Madeleine. Me sorprendió muchísimo verla tan llena de gente, niños escandalosos, sombrillas, incluso una lanchita hinchable, en medio de la piscina natural. ¡Qué obscenidad! Y bueno, en la lancha, gente con pizzas, pasteles de la mejor pastelería de senegal, neveras portátiles... a eso es lo que yo llamo turismo de aventura. Hay que ver cómo es la gente... hay tantas cosas que no entiendo de lo que hacen mis congéneres, que no dejo de sorprenderme de que todavía queden cosas que me sorprenden. Si hasta un yanki llevaba su propio chaleco salvavidas en la lancha. "Cosas veredes, amigo Sancho". La próxima vez no voy en domingo ni de coña.
2 comentarios:
buenooo... por ahi una salidita.. os cogeis una lancha.. el chaleco cada dia!.. marea mucho la lancha? tiene pinta.... se palpa la brisa y la velocidad en vuestras caras :)
Eso de "cada día" tampoco es exacto, eh? jaja. Y no, la lancha no marea nada, son solo diez minutejos, además, en un barco, cuanto más rápido vas menos te mareas, lo que marea es estar parao y que se mueva el mar.
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