Y dicho esto, lo que quería poner aquí es una transcripción de un texto: la descripción de Dakar, o mejor dicho, de los negros de Dakar, que hace Nettie, la hermana de la protagonista, en una carta a ésta.
La capital de Senegal es Dakar, y allí la gente habla su propia lengua, que supongo que lo llaman senegalés, y francés. Nunca había visto gente tan negra, Celie. Son negros como como esos que te hacen decir: "fulano, de tan negro, es azul". Y brillan, de puro negros. Como dice la gente de nuestra tierra, Celie, trata de imaginar toda una ciudad llena de negros azulados, con trajes azul eléctrico con dibujos como los de las colchas. Altos, delgados, de cuello largo y espalda recta. ¿Te haces una idea, Celie? Y es que me parecía que estaba viendo negros por primera vez en mi vida. Y es algo fantástico. Porque el negro es tan negro que hace que se te nuble la vista. Y ese brillo, luminoso como de luna, parece fosforescente incluso a la luz del sol.
Pero, en realidad, los senegaleses que vi en el mercado no me gustaron. Sólo les interesaba la venta de su mercancía. Si no les comprabas se desentendían de ti como de los franceses blancos que viven aquí. No sé por qué yo no esperaba ver blancos en África, pero los hay a bandadas. Y no todos son misioneros.
Hale, ahí queda eso. A quererse unos a otros y hasta el próximo post.