De vuelta en Coruña tras mi experiencia en África
(Este blog apenas se actualiza ya; ahora estoy en "Otro Egoblog")
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lunes, 25 de febrero de 2008
Lumbago
Si lo pienso objetivamente, ha sido un coñazo de semana. Justo el día que peor estaba, el martes, llegaron Sandra y Esther, mi primera visita desde España. Contaba hacer mil planes con ellas, pero de momento nada, simplemente ver cómo entran y salen de casa. Todavía andan por Dakar, pero se irán a viajar por Senegal en breve. Yo no sé si podré hacer algo con ellas o no, está por ver. Me gustaría ir a Casamance, pero todo son complicaciones, ya os lo contaré en otro post otro día. Aparte de todo, es que hace calor, no un calor horrible, pero cuando tienes que estar siempre boca arriba es bastante incómodo; me sentía pegada a la cama, ahora ya me puedo poner por ratillos de lado para que se me airee un poco la espalda, pero hasta anteayer ni eso. Incluso la postura de leer me resultaba incómoda.
Por cierto, me he perdido el eclipse, con la ilu que me hacía. Bueno, logré ver un poquito, pero veía las estrellas (literal figuradamente hablando) y me volví a la cama corriendo (esto en un sentido muy figurado, si fuese literalmente debería casi decir arrastrándome). De sacarle una foto nada, ¡si es que encima la cámara la tenía en la oficina!
También me ha fastidiado no ver a Urbano, un amigo de la familia que está por Dakar con cosas de trabajo estos días. El tío incluso me ha traído cosas de parte de mis padres, pero he tenido que mandar de recaderas a mis amigas a buscarlas, y yo no le he visto. Hace como quince años que no le veo, y la verdad me hace ilusión. Estará mayor, me han dicho que tiene el bigote blanco, jeje. Él también flipará, la última vez que me vio yo era adolescente, jeje. A ver si hoy por fin puedo quedar con él.
Pero bueno, a pesar de todo, tal vez porque el relajante muscular que me recetaron es a la vez ansiolítico, o tal vez porque mi madre me ha enviado bombones, la verdad es que no lo he pasado tan mal, me lo he tomado con bastante filosofía y paciencia. Mis amigas recién llegadas de España me han cuidado bastante, me han traído cosillas, embutido, queso, aceite de oliva... lástima que por culpa de la medicación no he podido probar también el vino. La chica que viene a limpiar también me ha hecho mucha compañía, me ha dado conversación, es maja. Y he recibido mil visitas y llamadas de teléfono. Es curioso, pero en momentos así, el sentirte arropada por la gente que te rodea es una sensación bastante agradable, que compensa lo demás. Aparte, he aprovechado la coyuntura para terminar por fin de leer mi primer libro en francés, para ver de un tirón la mayoría de las pelis nominadas para los Óscar, para escribir emails a gente que tenía abandonada... incluso me he conectado al Messenger, pero eso ya ayer, cuando ya podía erguirme un poquito para teclear.
Bueno, el caso es que creo que básicamente, por la presente lo que quería era darles las gracias a todos los que se han interesado por mí estos días, de un modo u otro. Me han ayudado a tomármelo bien, a ser positiva, y ahora ya en breve volveré a mi ritmo normal. Hoy he ido a la oficina, no me sentí lo bastante bien como para quedarme. Pero el hecho de haber podido, por fin, salir de casa de nuevo, ha sido toda una sensación. Estoy contenta. Todavía me siento (del verbo sentir, y también del sentar) torcida, y todavía me duele bastante, sobre todo al moverme, pero por fin veo la mejoría y me he tranquilizado bastante.
Ahora, cuando esté bien, propósito de enmienda: tengo que abandonar el sedentarismo y perder un poco de peso, no quiero que me vuelva a pasar esto. Os mantendré informados.
Un abrazo a todos.
Pepa.
lunes, 18 de febrero de 2008
Fête Chez Albert
Estaba hablando de la fiesta en casa de Alberto. Alberto, te queremos. Alberto es guay. Alberto es ese al que todo el mundo le confía las llaves de casa. Y Alberto es el que hace las famosas fiestas en casa de Alberto. Por lo visto antes eran mucho más frecuentes, pero el ritmo no se puede mantener, ahora dice que quiere hacer una o dos al año. Pero vamos, si son como el otro día bien vale, que también el San Froilán es sólo una vez al año y nadie se queja. Unos 60 invitados, de los que algunos fallaron, otros solo pasaron un ratito y algunos no invitados oficialmente acompañando a otros. Estuvo muy bien, dio para hablar todos con todos, no faltó de nada, y creo que todos nos divertimos. La prueba de ello, que el grueso de la fiesta no se fue hasta cerca de las 7 de la mañana. Y los más melancólicos, los que no queríamos irnos a casa todavía, hicimos un poco el tiempo para que abriese la pastelería de la esquina e ir a desayunar. Desayunamos, y alguno se rindió y volvió a casa. Después de desayunar, sobredesayunamos, es decir, desayunamos otra vez, en otro sitio, otra cosa. Otros pocos cayeron. Quedamos cuatro locos (tres locas y Alberto). Volvimos a su casa, rondaría el mediodía, decidimos que no eran horas de ir a dormir, porque nos despertaríamos cerca de la noche, sin sueño, habríamos perdido por completo el domingo, pasaríamos la noche en blanco e iríamos a trabajar el lunes igualmente cansandos. Así surgió el concepto postfiesta, el domingo en blanco, domingo social de hablar y comer y mantenerse despiertos a la espera de una hora decente para dormir. En casa de Alberto comimos los restos de la fiesta, hablamos, reímos, escuchamos música, merendamos... y yo me fui a las seis de la tarde porque, os lo creáis o no, tenía que ir a hacer una cosa a la oficina. Las otras dos locas y el loco aún quedaban en casa. La verdad es que no sé hasta qué hora se quedaron. Lo que sí sé es que yo al final me acosté a las 11 de la noche y que el lunes me levanté tan cansada como cualquier lunes, pero de mejor humor.
jueves, 14 de febrero de 2008
Eclipse de luna (anuncio)
Bueno, en fin, que el eclipse total de luna del 21 de febrero sí que se verá desde Senegal. Es más, estamos en la franja (bastante ancha, todo hay que decirlo) que lo verá entero y perfecto. Esta franja incluye toda Sudamérica y Centroamérica, y la mayor parte de Norteamérica; la mitad oeste de Europa, aproximadamente; y la zona del África Occidental. Aquí además tenemos la ventaja de que siempre hace buen tiempo (importante para pasar la noche fuera mirando al cielo) y que la contaminación lumínica es muy poca, incluso en el centro de la ciudad.
Aquí os dejo un mapa que indica desde donde se verá y cómo. La fuente es fiable, la NASA, nada menos.
Ah, la hora a la que se verá. Aquí os dejo otra imagen (que decoran mu guay los blogs), pero deciros que está en la Eastern Standard Time (la hora de New York, New York). Para calcular la hora local (e incluso la fecha, porque las 8 de la tarde del día 20 en NY, son las 2 de la madrugada del 21 en Madrid) allá donde te encuentres, aquí tienes un conversor de hora mundial.
Por lo tanto, para dejarlo todo clarito (y esto es una edición de la entrada, porque por lo visto antes quedaba un poco lioso o difícil de entender), aquí os dejo una pequeña tabla horaria de todo esto.
Hale, para más información sobre eclipses, de sol o de luna, habidos y por haber, aquí.
sábado, 9 de febrero de 2008
Un día en la lucha
Cuando llegamos no quedaban programas, pero pudimos ver el de nuestro compañero de alante.
El recinto era una pista pequeña, como de balonmano, o futbol sala, o algo así, al aire libre. En medio habían delimitado un rectángulo con sacos de arena, y lo habían cubierto con una capa de arena también.
Este era el único blanco aparte de nosotros dos:
Y este un anciano la mar de simpático que, sin hablar ni una palabra, nos explicaba quién era quién señalando en el programa, y se le veía supercontento de que los europeos se interesasen por sus costumbres.
Si es que no faltaba de nada... prensa, vigilancia, afición, música...
martes, 5 de febrero de 2008
Código penal de Senegal (primera entrega)
Todos los países tienen leyes que a ojos extranjeros son llamativas. Sin ir más lejos, el hecho de que se puedan casar dos personas del mismo sexo debe de ser bastante llamativo para una persona de un país en el que la homosexualidad esté penada con pena de muerte. Bueno, este es el caso más exagerado que se me ha ocurrido, pero hay muchos. Países cuyas penas son latigazos, en Singapur está prohibido el chicle... y ya no nos vayamos a buscarlas a los Estados Unidos, que son famosos por sus leyes raras.
Así que se me ocurrió echarle una ojeadita al código penal de Senegal, a ver qué encontraba. Tampoco lo leí entero, ni mucho menos, ya que hay que tener en cuenta que mi dominio del francés es todavía muy rudimentario, y no he encotrado demasiadas excentricidades, pero alguna hay...
Por ejemplo, dice el artículo 245: "La mendicidad está prohibida". Claro, al leer esto, si has estado aunque sólo sea un minuto en el centro de Dakar, lo menos es que se te levante una ceja con gesto incrédulo, porque de hecho la mendicidad debe de ser poco menos que la principal fuente de ingresos del 50% de la población, por no exagerar. Pero claro, es que luego aclara: "El hecho de pedir limosna por el día, en los lugares y condiciones consagradas por las tradiciones religiosas no constituye acto de mendicidad". Acabáramos.
El párrafo relativo al vagabundeo tampoco tiene desperdicio: "El vagabundeo es un delito". Y entonces piensas, ¿qué se considerará vagabundeo? porque a simple vista hay muchos y fáciles de encontrar... y lees: "los vagabundos son aquellos que no tienen domicilio cierto, ni medio de subsistencia, y que no ejercen habitualmente ni oficio ni profesión". Claro, ya lo entiendo todo, supongo que "el hecho de pedir limosna por el día, en los lugares y condiciones consagradas por las tradiciones religiosas" (que no constituye acto de mendicidad, recordad), se considera un medio de subsistencia, puede que incluso una profesión, que libra del delito a los cientos de almas que duermen cada día al raso en esta ciudad.
Conste que yo tampoco tengo ningún interés en que se persiga el vagabundeo o la mendicidad, sobre todo sabiendo que no es una elección, lo que me fastidia es que no se haga nada por ayudar a la gente que se ve obligada a practicarla cada día porque no tiene otra forma de ganarse la vida.
Bueno, otro día más, que hoy tengo un sueño que no puedo.